Carta de Aurora González Ginzo a Beatriz Gimeno en respuesta a su artículo: Vientres de alquiler en ‘El País’: gato por liebre
Estimada Beatriz,
Mi nombre es Aurora González Ginzo y soy la secretaria de la Asociación por la Gestación Subrogada en España. Supongo que después de haber leído esta primera línea ya sabrás porqué te escribo…
Cuando, hace poco más de un año, un amigo nos dijo que la oposición más fuerte a nuestro proyecto la encontraríamos en las feministas, me costó creerlo. Por desgracia, a lo largo de este año me he ido dando cuenta de que sería así, y leer tu artículo de opinión del pasado dos de mayo no ha hecho más que confirmármelo.
Déjame decirte que me indigna mucho, muchísimo, que sin habernos librado aún del yugo de nuestros padres, hermanos, esposos, jefes,… (léase hombres) tengamos que cargar ahora con el que nos colocan nuestras congéneres. Las mismas que vociferan en la calle “Nosotras parimos, nosotras decidimos” cargan contra las que reclamamos la legalización de la Gestación Subrogada en España, entre otras cosas, como un derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo, sobre lo que quiere hacer con él, sobre a quién quiere dar cobijo en él.
Empiezas mal, empiezas fatal, hablando de “vientres de alquiler”. Tú deberías saber mejor que mucha gente que el lenguaje importa… A mí me gusta tan poco esa expresión como otras del tipo “maricón” o “bollera”. Pero es que, además, no se ajusta a la realidad: Deberías saber que la Gestación Subrogada es una técnica de reproducción humana asistida que ya se contemplaba en nuestra Ley de Técnicas de Reproducción Humana Asistida del año 1988 bajo la expresión “gestación por sustitución” (la misma que utiliza la Ley de 2006, actualmente en vigor) -y dirás tú- para prohibirla… Sí, para prohibirla, pero reconociéndola como lo que es, insisto, una técnica de reproducción asistida, y por su nombre: Gestación por sustitución.
Si hubiésemos de hablar de alquiler, habría que incluir a la mujer entera. El vientre, o el útero, por sí solos poco pueden hacer, ni gestar, ni ninguna otra cosa. Pero las personas no se alquilan, ¿verdad?… Y las mujeres, tampoco. Afortunadamente, tenemos la capacidad de gestar y hacer otras muchas cosas al mismo tiempo, podemos seguir cuidando de nuestros propios hijos, trabajando, descansando,… cumpliendo con nuestras obligaciones…, mientras gestamos una nueva vida.
Dices que hay muchas voces muy diferentes y muy cualificadas que se manifiestan completamente en contra de la legalización de esta práctica y yo te aseguro que, afortunadamente, hay muchas más que se manifiestan completamente a favor, es más, me atrevería a decir que ya quedan pocas voces que se manifiesten en contra, salvo las de las feministas y las de la Iglesia Católica.
Hablas de justicia… ¿es justo que quién no tiene esperma reciba ayuda para procrear y quién no tiene útero, o lo tiene pero no es funcional, no?; de ética… ¿ha de ser ético para ti lo que lo es para mí?…; de política… ¿qué coño tiene que ver la política con mi útero?; de igualdad… ¿no querrás decir “superioridad”…? porque hay quien cree que la capacidad de gestar, que los hombres no podrán tener al menos de momento, nos eleva al rango de diosas y nos hace superiores, distintas, inalcanzables… ¿Compartir no nos iguala?. Hablas de mercantilización del cuerpo humano… olvidando que cualquier cosa que hagamos con él a cambio de una contraprestación podría calificarse como tal… Por cierto, ¿a ti te pagan por trabajar?
No me ha gustado el artículo del País, no me ha gustado nada, ni a mí ni al resto de la gente que formamos la Asociación pero, si como tú dices, da a entender que la regulación de la Gestación Subrogada es sólo una demanda social más que no ha encontrado (aun) su cauce legal en España, ya lo encuentro más aceptable. Porque, sí, hay una parte de la sociedad, en la que evidentemente no estás tú, que demanda la regulación de la Gestación Subrogada en España, que encontrará su cauce legal más tarde o más temprano, porque la realidad es que hay muchas personas que necesitan poder acceder a esta técnica para ser padres/madres, hay muchas personas que ya lo hacen en el extranjero y hay muchas personas que están dispuestas a gestar a esos niños y niñas. No se pueden cerrar los ojos a la realidad, ni poner puertas al campo… Y, otra vez, creo que tú deberías entender esto mejor que nadie…
Te equivocas cuando dices que “esta práctica comercial está prohibida no sólo en España, sino prácticamente en toda Europa y que muchos países europeos han realizado estudios e informes en los que reiteradamente se ha recomendado su no regulación”. O te equivocas, o mientes: Hay un estudio, de mayo de 2013, del Departamento Temático C (Derechos de los Ciudadanos y Asuntos Constitucionales) de la Dirección General De Políticas Interiores del Parlamento Europeo, titulado El régimen de subrogación en los Estados miembros de la UE que trata sobre este asunto y que concluye que es imposible indicar una tendencia legal en particular a través de la UE. Si le echas un vistazo verás que, de los veintisiete países de la UE y con las particularidades propias de cada estado, sólo siete prohíben cualquier forma de gestación por subrogación y, del resto, sólo ocho prohíben la subrogación comercial,. Por cierto, tienes el informe completo aquí.
Y, sí, desde mi punto de vista (y a la vista del informe no debo estar muy equivocada) España es una rareza, esta prohibición es un atraso, y lo normal es avanzar hacia su regulación.
Y ahora viene lo peor de tu artículo… Más allá de que estés de acuerdo con la utilización de esta técnica o no, llamar “comprador” a un padre que ha recurrido a ella de manera totalmente legal, en un país que, te guste o no, garantiza hasta el grado máximo la seguridad jurídica de las partes es, cuando menos, insultante. No sé si eres madre o no… Si lo has sido o si deseas serlo en un futuro, todo parece indicar que tendrás que recurrir a esperma donado… Espero que nadie te llame “compradora de semen”…, ni a ti ni a ninguna otra mujer.
Si no tuvieses tantos prejuicios, entenderías que Pedro se refiere a que, aún cuando la regulación de los trasplantes de órganos llegó causando miles de dudas y mucho temor, precisamente sirvió para evitar aquello que tanto se temía y ha resultado tan garantista que los países de nuestro entorno la han copiado. Sí, en España sabemos hacer las cosas bien porque tenemos el privilegio de gozar de un sistema jurídico que funciona y que da garantías. Por eso, podemos hacer una Ley de Gestación Subrogada perfecta, que nos garantice a todos que las personas que intervengan en este tipo de procedimientos lo harán de manera libre, consciente e informada y, además, que las mujeres que se presten a gestar a los niños que vayan a nacer fruto de esta técnica no lo hagan por necesidad económica. Te recomiendo que leas nuestro texto, te sorprenderá ver que habíamos tenido en cuenta todo esto mucho antes de que tú alzases la voz…
Tampoco has entendido bien las palabras de Pedro cuando habla del coste del procedimiento en California. Del total, la gestante se lleva poco más o menos la cuarta parte. Seguro que a la mayoría de los padres/madres no les importaría que fuera más. Lo que suma costes es la sanidad privada, los abogados, los intérpretes, los viajes, las estancias,… gastos que se podrían evitar o reducir mucho si se pudiese hacer en España.
No voy a comentar nada sobre lo que dices del tráfico de órganos, no porque no tenga nada que decir sino porque me llega de sobra con el tema que nos ocupa… Ahora que,… ¿no te habrás pasado un poco?… Pero claro, si estás rabiosa y pretendes enrabietar…
A ti te parece bien que una mujer sea gestante sin recibir nada a cambio… ¿De verdad crees que una hermana que gesta a su sobrino no recibe nada a cambio?… Las relaciones humanas, y también las familiares, son un toma y daca… Una hermana no va a cobrar una cantidad de dinero por gestar a su sobrino, seguramente no, pero seguro que la madre de ese niño intentará compensarla en el mayor grado posible por tan grande regalo, aunque sólo sea con un amor mucho más fuerte que el que les unía antes de la gestación. Por otra parte, como tú misma dices “nadie gesta el hijo de un completo desconocido si no hay precio por medio”, claro, igual que nadie cuida al hijo, de dos años, de seis o de diez, de un desconocido si no hay precio por medio… Pues estamos hablando de lo mismo: de cuidar al hijo de un desconocido, o de tu hermana, o de tu amiga, durante nueve meses de su vida en que sus padres no pueden hacerlo.
De la cita que he utilizado he quitado premeditadamente una parte. Dices: “con los enormes costes de salud y psicológicos que esto tiene”… Afortunadamente, esto no es lo habitual: la mayor parte de los embarazos transcurren sin incidencias y sin grandes molestias y, desde luego, ninguna mujer que haya tenido un embarazo complicado va a ser aceptada como gestante…
Deduzco de tus palabras (“Un límite claro e infranqueable debería ser el cuerpo, sus fluidos, sus órganos, sus capacidades reproductivas”) que también estás en contra de la donación de óvulos y de esperma, o de sangre (porque, no sé si lo sabes, pero cuando donas sangre te compensan con un refrigerio, de hecho, hace poco salía en prensa un artículo que hablaba de que habían aumentado las donaciones de sangre porque la gente que no tenía para comer aprovechaba para llevarse algo a la boca en el centro de transfusiones o en las unidades móviles) pero sobre todo deduzco que nos tienes en más baja estima que nadie (“Y las mujeres estamos mucho más expuestas a cualquier mercado que trafique, compre o venda nuestro cuerpo”) y así no se puede ir a ningún sitio: Si no te valoras tú misma, ¿cómo esperas que te valoren los demás?. Lo que tú das a entender sobre la mujer española en tu artículo, nos cosifica, nos rebaja, nos hace parecer pobres de espíritu y de mente, nos equipara a las mujeres de países tercermundistas cuyo status social y familiar es bien distinto… Yo no creo que, a día de hoy, las mujeres estemos más expuestas que nadie a nada. Yo no creo que las mujeres seamos menos que nadie. Yo creo que las mujeres españolas nos parecemos más a las estadounidenses que a las indias, que somos capaces de decidir si queremos abortar y también si queremos gestar al hijo de otras personas, con o sin compensación económica. Yo creo que la época de las Victorias Kent se ha de quedar en el siglo XX, que ningún hombre, pero tampoco ninguna mujer, se debería imponer ni imponer sus ideales a otra. Que la lucha feminista debería centrarse en buscar las garantías necesarias para que cualquier mujer pudiese gozar de su libertad sin trabas y con la mayor protección jurídica posible.
La Gestación Subrogada sólo incumbe a tres partes: los padres, los hijos y la gestante. Los demás quedan fuera de tan maravilloso trío. Desde mi punto de vista, los tres salen ganando: El niño, la vida y el amor de sus padres. Los padres, un hijo. La gestante, dignidad y afecto, el afecto de esos padres y de ese niño, un afecto que, seguramente, perdurará hasta el final de sus días.
¿Te preocupa que una Ley de Gestación Subrogada pueda suponer la explotación de ciertas mujeres?, trabaja con nosotros para que eso no ocurra. Llevemos al Parlamento una Ley que garantice que eso no va a ocurrir. La solución no es prohibir, la solución es regular, legislar, establecer normas que rijan el procedimiento. Tenemos la oportunidad de hacer las cosas bien: ¡hagámoslas!