El Maltrato Infantil y Fátima Báñez, Ministra de Empleo y Seguridad Social

Sistemáticamente
el Ministerio de Empleo y S. Social niega a nuestras familias coberturas
sociales. En concreto la prestación por
maternidad
, que sí se concede a otras familias cuyos hijos, nacidos por
reproducción natural o por reproducción asistida (como es nuestro caso),
cuentan con el pláceme ministerial. Los nuestros son parias, españoles de
segunda. Son niños maltratables.


Para Hacienda somos españoles con todas las obligaciones legales. 
Para las prestaciones
sociales, desde Empleo se dictan normas de discriminación familiar y se olvida el
concepto de Conciliación.
Como
si nuestros hijos no necesitaran ser cuidados por sus padres. Como si ellos no
precisasen que se concilie vida laboral y familiar. Se les discrimina por razón
de nacimiento, algo contrario al artículo
14
de nuestra Constitución. Una
carta magna la nuestra que parece “interpretable”
para la Señora Ministra.
Las
actuaciones de la Administración del Estado DEBEN estar regidas por el principio normativo del Interés Superior del Menor, de modo que
sea una consideración que prime al sopesar distintos intereses para decidir
sobre una cuestión que afecte a los niños.
El Ministerio se
escuda en una interpretación de la Ley
,
la suya, que para eso puede hacerla, sin tener en cuenta si la denegación de
prestaciones sociales respeta el interés del niño. Sin responder a una cuestión
fundamental: ¿es esto lo mejor para
proteger al menor?
El Ministerio de Empleo y S.S. tiene la obligación de
hacerse esa pregunta ante toda decisión que afecte a menores. No lo hace.
Se
define el Maltrato Infantil
Institucional
como cualquier legislación, procedimiento,
actuación u omisión procedente de los poderes públicos o bien derivada de la actuación
individual de los profesionales que comporte abuso, negligencia, detrimento de
la salud, la seguridad, el estado emocional, el bienestar físico, la correcta
maduración o que viole los derechos básicos del niño y/o la infancia

(Martínez Roig, 1989).

Desde
esta óptica, es legítimo preguntar si la acción ministerial constituye una
situación de Maltrato Infantil, si
son acciones, y decisiones, que dañan al niño y, a mayores, se alejan de lo que
la magistratura española ha indicado como de justicia.
Le
recuerdo, Señora Ministra, que son muchos los Tribunales que han fallado a favor de nuestras familias. Usted hará
oídos sordos, pero la realidad es esa: su decisión no respeta las sentencias ni
se ajusta a derecho. Se lo han dicho, por activa y por pasiva, muchos jueces en
muchas resoluciones. Son de tribunales de primea instancia y, también, Tribunales Superiores de Justicia: de
Madrid, Cataluña, Canarias, Castilla-León, Castilla-La Mancha, Asturias,
Murcia,. . .
¿Todos los jueces se
equivocan?
¿Usted y
su equipo son quienes interpretan bien la ley? Su posición, Ministra, recuerda
al conductor que, conduciendo en dirección contraria, exclamó: ¡están todos locos!
Permita
que refleje aquí el artículo 18 de la
Convención
sobre los Derechos del
Niño
, cuyo punto 2 indica explícitamente: A los efectos de garantizar y promover los derechos enunciados en la
presente Convención, los Estados Partes prestarán
la asistencia apropiada a los padres y a los representantes legales para el
desempeño de sus funciones en lo que respecta a la crianza
del niño y
velarán por la creación de instituciones, instalaciones y servicios para el
cuidado de los niños.
España
ofrece el apoyo y la asistencia que precisen los padres para el desempeño de
sus funciones en la crianza del niño. A todas las familias españolas, excepto a
las nuestras. Nuestros hijos son niños por cuyo cuidado parece ser que el
Estado no tiene obligación de velar.
No
es una cuestión de Ley. Es cuestión de voluntad, Ministra.
Discriminar y
maltratar
o cuidar a las familias. A los niños.
Usted
decide, señora. No se escude en otras justificaciones. Es su voluntad.

¿Hasta cuándo,
Ministra, mirará para otro lado?
Señora Bañez, por
encima de todas las razones expresadas, está La
Lealtad
.
España, a los españoles,
a las familias españolas, a los niños. Los que usted ignora, los que se niega a reconocer como españoles con derechos.
¿Hasta
cuándo se negará a ver a estos niños, recién nacidos y españoles, señora?
Unos españoles orgullosos de serlo.
Unos españoles
sin los mismos derechos que otros niños españoles.
¿Hasta cuándo mantendrá
esta discriminación?
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