“Madre no hay más que una” O dos, o ninguna. Las modernas técnicas
de reproducción asistida hacen que se puedan separar las diferentes
funciones reproductivas y de crianza en las que tradicionalmente
intervenía la mujer. La mujer que aporta un óvulo (donante) puede ser
distinta de la que gesta (gestante) que a su vez puede ser distinta de la
que da el pecho (nodriza) o ser distinta de la que cuida del niño cuando
no están sus padres (cuidadora) o de
la que le transmite conocimientos específicos (profesora). Sin
embargo, todos estamos de acuerdo en llamar madre a la mujer que cría,
protege, educa y acompaña al niño hasta la edad adulta siendo la
responsable legal del menor. Además estas funciones pueden ser llevadas a cabo por hombres de tal
manera que un niño puede tener una mujer donante de óvulos, una mujer
gestante y no tener madre sino dos padres. Este es el caso de la gestación
subrogada en el que la gestación (que no la maternidad) es llevada a cabo
por una persona ajena a la familia. Por tanto no podemos hablar de
“maternidad subrogada” sino de gestación subrogada, porque la maternidad y
la paternidad no se subrogan, se ejercen.
“La subrogación es una explotación de la mujer” o “la gestante es degradada como mujer”: Las gestantes son mujeres que prestan su ayuda de manera voluntaria, como lo hace un donante de órganos. Suelen ser mujeres de buen nivel socioeconómico con una vida familiar estable y que ya han tenido sus propios hijos. Si no cumplen estos requisitos es muy difícil que una agencia cuente con ellas. Durante el proceso de matching de la gestante con los futuros padres ambas partes intercambian sus perfiles y se conocen para que la decisión de continuar juntos sea lo más informada posible. Ellas están orgullosas de la ayuda que prestan y por lo general hablan con mucha naturalidad del tema. Hay un testimonio que se repite con frecuencia: Cuando se les empieza a notar la barriga y la gente les da la enhorabuena por la calle, ellas contestan con naturalidad “gracias, pero no es mío”. No entendemos como se puede considerar explotación algo que se lleva con tanto orgullo.
“Es mercadear con la vida humana” o “Es como vender niños” Con estas afirmaciones, estamos ante la argucia de torcer las palabras para hacer que una compensación parezca una compraventa. Cayendo en esta trampa, se argumenta muchas veces que la subrogación no debería contemplar una compensación para la gestante. Pero esto es como decir que un donante de sangre no puede ser compensado con un bocata y un refresco. En España, a los donantes de semen y las donantes de óvulos se les compensa económicamente, y nadie se lleva las manos a la cabeza. Un voluntario sano puede prestar su cuerpo para que una multinacional farmacéutica experimente un nuevo fármaco, y en este caso no está mal visto que sea compensado económicamente. ¿Por qué entonces está mal visto que una gestante subrogada reciba una compensación económica por las molestias causadas?
“¿Que pasa si…? La gestación subrogada puede tener consecuencias horribles” Y otras maravillosas. Para demonizar la gestación subrogada se utiliza con frecuencia el argumento falaz de buscar situaciones extremas. Es como si el hecho de que algunas mujeres son forzadas a casarse pretendiera anular el valor del matrimonio. El hecho de que se diera algún hipotético o esporádico caso extremo no invalidaría que la inmensa mayoría no lo son.
“Hemos querido ser padres por capricho, como el
que tiene una mascota, cuando nos cansemos abandonaremos al niño”: Cualquier cuestionamiento de
nuestra voluntad de ser padres responde a prejuicios sobre nuestra
orientación sexual. Hemos hecho un esfuerzo descomunal para ser padres
porque nuestros hijos son muy deseados. Y no entendemos por qué se tienen
que cuestionar nuestras motivaciones. Si tus vecinos te cuentan que van a
ser padres no les contestas “¿Estáis seguros de que no lo hacéis para
salvar vuestro matrimonio?” Sería un insulto para ellos, para nosotros
también.
“¿Qué les vamos a contar a nuestros hijos sobre su origen? ¿Vamos a mantener relación con su gestante?” Esta es una pregunta morbosa por todo el tabú que hay en torno a la subrogación. Pero la respuesta es mucho más sencilla de lo que la gente piensa. Todas las familias homoparentales que conocemos les cuenta a sus hijos la verdad. Y cuando se trata el tema con naturalidad no hay nada que temer. Los niños nacidos por subrogación en familias homoparentales tienen de hecho más facilidades para conocer su origen biológico que los nacidos por procedimientos de donación de gametos en España. En todos los casos que conocemos, los padres mantienes una buena relación con la mujer gestante y sería posible contactar con la donante si fuera necesario. Muchos esperamos que algún día, cuando los niños sean mayores, puedan viajar a EEUU a conocer a su gestante.
“Podíamos haber evitado problemas registrando a nuestro hijo a nombre de sólo uno
y luego que el otro coadopte” Esta es una de las muchas falacias que no sabemos si viene de la ignorancia o de la mala fe de quien lo afirma. En ningún momento se nos ha ofrecido esta opción de manera seria porque no es viable, dejaría a nuestros hijos con una filiación en España diferente a a de EEUU. Pero un niño no puede cambiar de padres cuando cruza las fronteras porque se vulneraría el Convenio Internacional de los Derechos del Niño. Además, los consulados han denegado también las solicitudes de inscripción de padres solteros y la DGRyN no ha hecho nada ante los recursos presentados. ¿Si se deniega la inscripción a un hombre solo como va a coadoptar su pareja?