Crystal: “he tenido el gran honor de ser gestante”

Crystal: “he tenido el gran honor de ser gestante”

Me llamo Crystal y he tenido el gran honor de ser gestante para una pareja de hombres residentes en Francia. Di a luz a su preciosa hija el 15 de octubre de 2015. Era algo que siempre había querido hacer puesto que trabajo en el campo de la salud reproductiva. Nunca me he sentido tan orgullosa de mí misma como en aquel momento en el que vi que había contribuido a formar una familia maravillosa. En cuanto concluyó el parto, me llevaron a la sala de reanimación junto a los padres de la niña y pude ver cómo estos la abrazaban. Sentí una euforia indescriptible y comencé a pensar en que quería volver a repetir la experiencia lo antes posible.

Me puse en manos de una agencia que me ayudó a ponerme en contacto con los que serían mis padres de intención. Nos vimos y he de reconocer que al principio fue extraño pero, el representante de la agencia fue dirigiendo nuestra conversación y se aseguró de que tratábamos todo lo que tenía que ver con nuestras expectativas sobre el embarazo, los procedimientos médicos del parto y la epidural. Era importante tener la certeza de que todos pensábamos lo mismo en lo que se refería al parto (con o sin epidural), la transferencia de embriones (uno o dos), una reducción embrionaria o un aborto, en el caso de que algo fuera mal. Cuando tienes a alguien ocupándose de ti (la agencia), te tranquiliza el saber que todas las problemáticas se abordan antes incluso de que se produzca el propio embarazo. Si no hay un entendimiento mutuo, no se sigue adelante y punto. De ahí, la importancia de contar con una buena agencia. En mi opinión, es crucial.

Una vez que acabamos con el papeleo, nos centramos en conocernos. Me los traje a casa y les presenté a mi familia. Si hubiera sido yo la madre de intención, también me habría gustado conocer los pormenores de la vida de la mujer que iba a gestar una hija para mí. Vivo en una urbanización de ensueño en Las Vegas Valley. Tengo un trabajo estable y bien remunerado al que le dedico más de 40 horas a la semana. Tengo dos hijos de 4 y 9 años respectivamente y un marido que me apoya y con el que tengo una relación sólida desde hace 18 años.

Cuando los padres de intención volvieron a Francia, me sentía tan bien que lo único que esperaba era que ellos se sintieran también de la misma manera. A los pocos días recibí una llamada en la que me comunicaron que me habían elegido a mí y que querían saber si yo estaba dispuesta a gestar a su hijo. ¡Estaba súper emocionada!

Tuvimos una suerte inmensa y me quedé embarazada a la primera. Me sentí muy aliviada puesto que me había cargado con la enorme responsabilidad de ayudarles a crear su propia familia. Habría sido muy triste no haberlo podido conseguir. Antes y durante el embarazo, cuidé tanto de la bebé como si fuera mía. Reduje la ingesta de cafeína, dejé de tomar alcohol y de practicar actividades que pudieran suponer un riesgo, como esquí acuático o el convencional. Son decisiones que, por supuesto, tomé libremente cuando decidí que iba a volver a quedarme embarazada. De alguna manera, sentía como si estuviera asumiendo una especie de rol protector con los padres de intención ya que sentía que tenía que acompañarlos a lo largo del proceso y contarles qué podían esperar de todo aquello que estaba aconteciendo. La verdad es que me limitaba a actuar tal y como lo había hecho cuando había estado embarazada de mis propios hijos. ME ENCANTA ESTAR EMBARAZADA pero, no me apetecía tener más hijos. Por ello, era la situación perfecta para mí. Dar a luz es una experiencia increíble, me encanta acariciarme el vientre cuando estoy embarazada, me llena de júbilo sentir algo moverse en mis entrañas, y lo que más me gustaba de todo, en esta ocasión, era saber que la bebé que crecía dentro de mí iba a formar parte de una familia perfecta. Me pasaba los días con una sonrisa de oreja a oreja. Por desgracia, mi abuela, con la que mantenía una relación muy cercana, murió de cáncer. Sinceramente creo que la bebé que gestaba me fue de gran ayuda para superar semejante pérdida. Sabía que mi abuela se convertiría en una especie de ángel de la guardia de la niña que gestaba.

Los padres de intención me prestaron todo su apoyo durante el embarazo. Me visitaron en numerosas ocasiones. Les mandé fotos de todas y cada una de las citas médicas que tuve y grabé todas las ecografías para ellos. Incluso grababa vídeos de la bebé moviéndose dentro de mí por las tardes, periodos del día en los que estaba tan activa que incluso podía percibirse por los movimientos de mi barriga. No quería que sintieran que estaban perdiéndose algo por el simple hecho de estar tan lejos. Nuestra relación continuaba estrechándose con cada correo electrónico y con cada visita. Los quería muchísimo y me sentía casi más unida a ellos que a la propia bebé. Era mi cariño hacia ellos lo que hacía que me sintiera cada vez más responsable del bebé. Nunca he sentido un vínculo tan fuerte como el que se desarrolló entre nosotros. De hecho, todavía a día de hoy, cuando me envían fotos de su preciosa hija siempre pienso: ¡quiero fotos de vosotros dos también!

Cuando la niña cumplió su primer año de vida, viajaron hasta Las Vegas y lo celebramos todos juntos. La donante de óvulos vino acompañada de su familia y la mía estuvo presente también. Hicimos una fiesta de cumpleaños temática de Halloween y todos los niños se disfrazaron. A la niña la disfrazaron de Minnie Mouse y estaba preciosa. Fue un día estupendo. Este año seré yo la que vaya a París en septiembre para acompañarles de nuevo y en diciembre iniciaremos un nuevo proceso de gestación subrogada juntos. Me muero de ganas por repetir. He decido que esta será la última vez que me quede embarazada así que intentaré disfrutar de cada segundo.

Me siento tremendamente afortunada de vivir en un país dónde puedo decidir lo que hago con mi cuerpo y donde, además, se me permite recibir una compensación por ello. Ha sido una decisión personal someter mi cuerpo a un embarazo y no daría marcha atrás por nada del mundo. De hecho, en la actualidad, soy más feliz y tengo más confianza en mí misma que nunca por el simple hecho de haber sido gestante.
Autora: Crystal Rosburg
Traducción: Paco López
 
Texto original:

Hello, My name is Crystal and I have had the great pleasure of being a gestational carrier for a same sex couple living in France. I gave birth to their beautiful daughter on October 15, 2015. I decided this was something that I wanted to do because I worked in an industry that deals with infertility. I never felt prouder of myself than I felt when I saw this beautiful family come together. As soon as the delivery was over and I was back in the recovery room with the fathers and watching them bond with their new baby girl I had this indescribable feeling of euphoria and immediately was thinking about how badly I wanted to do this again.

I worked with an agency that helped match me to my intended parents. We met in person and of course it was initially awkward, but the agency representative was there to guide us through the conversation and make sure we covered all the necessary details of pregnancy expectations, delivery methods, and epidural. It is important to know that you all share the same beliefs on natural birth vs. epidural, single embryo transfer vs. double embryo transfer, selective reduction and abortions. When you have someone looking out for you (the agency) then you can rest assured that all of these potential “issues” are rectified before the pregnancy even begins. If your beliefs don’t match then you don’t proceed together. This is why a good agency is so important! I cannot stress that enough. Once all of the important stuff was taken care of we were able to focus on getting to know each other. I took them to my home and introduced them to my family and showed them around. I too would want to see the surroundings and daily life that my surrogate would be growing my baby in. I live in a very cookie cutter neighborhood in the Las Vegas Valley. I have a very stable and well-paying job working 40 plus hours a week. I have 2 boys of my own who were 4 and 9 at the time and I have a very supportive husband and we have been together for 18 years. When they left I had a great feeling and could only hope they felt the same way. It was only a matter of days when I received the call that they had picked me and they wanted to know if I would carry their baby. I was so excited!

We were very lucky and I was pregnant in the first try! I felt very relieved as well, I was already feeling a great sense of responsibility to create this family and I would have been sad had I not conceived the first time. As the pregnancy progressed I took care of the baby as if she was my own. I made decisions in my life based on the fact that I was pregnant, as if it was my own. Minimized the caffeine intake, no alcohol, no crazy activities such as water skiing or sky diving. I did not ever feel like I was forced to do or not do something because I was carrying someone else’s baby. These were all decisions I made when I decided I was ready to be pregnant again. I feel like I even assumed a mothering role with my intended parents, guiding them through the process, letting them know what to expect. I continued to live my life the same way I always had when I was pregnant. I LOVE BEING PREGNANT! So, since I love being pregnant but didn’t want to raise any more babies this was the perfect role for me. I think childbirth is exciting, I love rubbing a big bulging belly, I love feeling a baby moving around inside of me, and I loved even more knowing that the sweet baby I was growing was going to make a perfect little family. It put a smile on my face every single day. I had just lost my grandmother to cancer and we were very close. I truly think this baby is what got me through some of the hardest parts of mourning her loss. I know this baby girl has my grandmother as her guardian angel.

My intended parents were very supportive throughout the pregnancy. They came to visit me many times. I would send them pictures at every appointment and would take video of the ultrasounds for them. I would even record video of the baby moving inside me in the evenings when she was the most active and you could see my stomach moving. I didn’t want them to feel like they missed anything just because they were so far away. Our relationship grew closer and closer with each email and each visit too. I fell in love with them, I felt more attached to them then I even felt to the baby. I felt a huge responsibility to the baby because I loved them so much. The bond that we share is like nothing I have ever experienced. Even to this day when they send me pictures of the sweet baby girl I always think…I want pictures of you guys too!

When she turned one year old they came to Las Vegas and we had her 1st birthday party together. The egg donor was there with her family and my family was all there too. It was a Halloween themed birthday party where all the kids got to dress up. She was Mini Mouse and just precious. It was such a wonderful day. This year I will go to Paris in September to be with them again and then at the end of this year we will being another surrogacy journey together and I can’t wait to do it all over again. This will be my last pregnancy so I will be sure to relish every second of it!

I feel so grateful to live in a country that lets me make that choice for my body and furthermore allows me to be compensated for it. It is a choice I made to put my body through all the trials and tribulations of a pregnancy so someone else can have a family and I wouldn’t trade that experience for anything. I feel like I am a happier and more confident woman today because of my surrogacy.

Crystal Rosburg

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