CARTA AL DIRECTOR Y A LOS LECTORES DE EL ESPAÑOL
El pasado 20 de mayo, hemos podido leer un artículo publicado por El Español y firmado por Marta Espartero. A todos los que entendemos que el modelo de familia actual parte de la intención de ser padre o madre, y no de donde proceden los gametos, o de quien haya gestado y parido – y sobre todo a quienes hemos sido padres y madres por Gestación Subrogada – nos resulta tendencioso, falto del rigor necesario y atentatorio contra la verdad y la realidad de un sistema y de un país merecedor de todos nuestros respetos.
Si además hemos logrado ser padres y madres gracias a la ayuda de mujeres ucranianas, no podemos sino exigir de manera imperativa a la periodista el máximo respeto hacia las generosas mujeres que han gestado a nuestros hijos, y desde luego, hacia nuestras familias. Una familia es un hogar, y parafraseando a Antonio Gala, es ese lugar en el que uno es esperado. Ese lugar seguro y cálido que esperaba a nuestros hijos, y al que han llegado. Y esos hogares a los que llegarán tantos otros que están naciendo o por nacer. No ensucien el camino que tanto nos ha costado andar.
Un buen número de personas cercanas – que un día decidieron viajar a Kiev porque la ley ucraniana les permitía acceder a un proceso legalmente regulado, con sus hijos en brazos o correteando entre sus piernas – se preguntan y extrañan de lo que refleja el artículo, puesto que en primera persona han vivido una realidad bien distinta. Pero esa realidad no interesa, no tiene los tintes de desprestigio buscado. Podría hablar de mujeres generosas y libres, de familias respetuosas, de vidas que se han entrecruzado en un momento para perpetuar su relación en el tiempo… ¿Es que eso no interesa?
El periodismo es rigor. Pero la señora Espartero no nos ha contactado, no ha escuchado la voz de familias como las que describimos, remitiéndose a una web de desconocida procedencia en donde tampoco aparecen los datos completos de esa supuesta pareja, ni ninguna foto identificativa.
Vamos a puntualizar los desvaríos de su artículo, parte a parte.
Lo primero que hace la Sra. Espartero es confundir la terminología: la maternidad nunca se subroga, somos las madres y padres quienes ejercemos esa función todos los días llevándolos al colegio, abrazándolos cuando los vacunan y levantándonos por la noche a calmar sus malos sueños. Se subroga el embarazo, la gestación. De ahí que tanto la OMS como La Conferencia de la Haya, y nuestra propia legislación recojan los términos “Gestación subrogada” o “Gestación por sustitución”. Lo demás, es intentar confundir al lector no formado.
A partir de aquí, afirmaciones de consecuencias aún más serias, y peligrosas, porque la falta de verdad y rigor en materia de derechos humanos y, sobre todo, de derechos de los niños no debería estar permitida.
Los padres y las madres de intención que se someten a la Ley ucraniana son padres y madres desde el primer momento, esté como esté el embrión, feto o niño. Son responsables por tanto de él, y no hay un “derecho al desestimiento” o “derecho de abandono” en la normativa ucraniana diferente del contemplado en nuestro país, en el que los servicios sociales se harán cargo de los menores que sus padres no atiendan por un motivo u otro, con las consecuencias legales que procedan en cada caso. Cualquier otra afirmación no atiende a la verdad. Y creemos que es obligación de un periodista informarse.
El aborto. Otra cuestión a aclarar. El aborto no podrá ser practicado, en ningún caso, si la mujer embarazada, la mujer gestante, no lo acepta expresamente. Ni existiendo causa o síndrome detectado en el feto que justifique legalmente tal solución. La decisión médica, o la de los padres de intención no será vinculante nunca para la mujer que se encuentra en estado de gestación, que sobre su cuerpo tendrá siempre la última palabra. Aquí y en Ucrania, los derechos de las mujeres son los mismos.
Por puntualizar un poco más: sepan que donante de óvulos y gestante no es la misma persona. Es decir, los niños nacidos por gestación subrogada no tienen vínculo genético son las mujeres los gestan. Y tanto donante si existe, como gestante, siempre de manera libre e informada se ajustan en sus procedimientos a la ley.
El sistema legal ucraniano establece la necesidad de acreditar formalmente una serie de requerimientos para poder acceder a los procesos de gestación subrogada: matrimonio heterosexual, acreditación de la imposibilidad de la gestación y necesario vínculo genético con padre o madre de intención. Todo ello debe constar documentado antes de comenzar cualquier proceso de este carácter en Ucrania, que tras el nacimiento inscribe al bebé como hijo de padre y madre de intención, previa firma y consentimiento tras el nacimiento de la propia gestante, quien no es considerada legalmente madre. Toda la documentación y tramitación posterior para regularizar a los niños nacidos mediante estos procesos se debe a la normativa española y a la aplicación de lo dispuesto en nuestras leyes y en las sentencias del Tribunal Supremo dictadas en la materia (tanto en la Sala de lo Civil como en la Social). Para la ley Ucraniana no hay duda alguna: solo hay un padre y una madre, los intencionales. Y toda la documentación que completa el proceso reúne las formalidades legalmente establecidas, sin ningún tipo de ocultación.
Son Nuestros Hijos se pone a disposición de ese diario. Los testimonios de decenas de familias, y de sus gestantes quizá sean de su interés para contrastar lo expuesto, y poder dar luz a un artículo que refleje verazmente la realidad de la gestación por sustitución en Ucrania.
Firmado:
Junta Directiva de Son Nuestros Hijos