Hace ya meses que la DGRyN dictó la Instrucción 15317 de 5 de octubre, para reconocer lo que a todas luces es una evidencia: que nuestros hijos son legalmente nuestros y por tanto españoles y deben ser reconocidos como tal y tener los mismos derechos que otros niños. Planteando que hubiese, y no los hay, impedimentos legales, no se puede olvidar que el interés superior del menor debe prevalecer sobre otros conceptos, aun cuando esos sean legítimos. Así de contundente lo dice la Ley de Protección Jurídica del Menor. A fecha de hoy, la Instrucción 15317 de la DGRyN no ha logrado inscribir a un solo niño, y nuestros hijos siguen en el limbo legal mientras van cumpliendo meses y años.
Los meses pasan y a nuestros hijos no se les reconoce su españolidad. Esperamos y esperamos, pero nadie parece interesado en reconocer lo evidente. Ignoramos el por qué.
Y los efectos negativos de esta actitud “expectante” no se limitan solo a esto. Se nos están denegando derechos básicos que las leyes establecen. Leyes promulgadas por el Gobierno Socialista. Se nos niegan los permisos de maternidad o paternidad, pese a que se conceden a otro tipo de familias aunque no tengan toda la documentación que a nosotros si se nos exige.
El MAEC no solo no ha hecho nada por nosotros y nuestros hijos, si no que incluso los cónsules hacen oídos sordos a la Instrucción de la DGRyN. Por suerte el Ministerio de Interior si ha reconocido la legalidad de nuestros documentos y concede la Tarjeta de Residencia de Extranjero a los niños como hijos de españoles que son. Lo cual no deja de ser sarcástico: el niño es residente legal extranjero por ser hijo de español, pero no se le concede su nacionalidad. ¿Lo entiende?
La Ley es clara. Nuestros Hijos son españoles de origen. Lo dice la Constitución Española, el C. Civil, la Ley del Menor, el Derecho Privado Internacional, los Tratados Internacionales que España ha firmado. Pero aquí estamos, esperando Justicia Social.
El Ministerio de Trabajo e Inmigración pasa la pelota al de Justicia. El Ministerio de Justicia se ampara en la conocida lentitud de su funcionamiento. La Defensora del Pueblo estudia el caso, pero espera.
¿Sabe lo que percibimos, Sr. Vicepresidente? Que falta voluntad política. Solo eso. Y falta que alguien reconozca que nuestros hijos van cumpliendo meses y años y que todo el tiempo que sus derechos estén siendo conculcados será tiempo efectivo de Maltrato Infantil Institucional. Porque, para un niño, tres meses pueden ser toda una vida. Toda su vida.
Y eso, viniendo de parte de una Administración Socialista es difícil de digerir, Sr. Pérez Rubalcaba, muy difícil de digerir.
Repito que, aún cuando pudiera existir conflicto de leyes, la preponderancia compete SIEMPRE al Interés del Menor. Y salvo que se considere que es mejor para un niño español que no se le reconozca la nacionalidad española, salvo que se piense que una nacionalidad diferente de la española es más deseable, salvo que se considere que es mejor para un niño que no lo cuiden sus padres, sus padres legalmente reconocidos, salvo que se considere que estas situaciones son las ideales para un niño, salvo eso, Sr. Vicepresidente, el trato recibido por nuestros hijos solo puede ser considerado Maltrato.
Y para finales de este año serán decenas los que se encuentren en esta situación. Decenas, Sr. Vicepresidente, decenas de niños en situación de derechos constitucionales suspendidos por la administración de su país, de España.
¿No va a hacer nada, Sr.? ¿Nada?
¿Habría aceptado Usted que no se aplicase la Ley del Menor a las fotos de las hijas de un presidente de gobierno, porque existiese “interés informativo”? Sería un interés real y legitimo, el derecho a la información y a la libertad de prensa, pero el interés del menor es primero, ¿verdad?.
Se dice que no lleva bien las injusticias y que fue una de ellas, la relacionada con Enrique Ruano, la que le decidió a entrar en política. Es fácil imaginar que lo hizo pensando en cambiar muchas cosas injustas.
Sé que usted valora a los niños. Lo intuyo. Pero, además de eso, ¿puede hacer algo por los nuestros? Ellos solo han cometido un “delito”: ser hijos de españoles.
Esperamos sus noticias.
Un afectuoso saludo.